domingo, 19 de agosto de 2012

TODO SE TRANSFORMA



Una buena manera de aprovechar al máximo lo que la naturaleza nos da es el reciclado casero de los residuos orgánicos. Es posible fabricar una nueva sustancia con estos desechos, llamada compost, que se utiliza luego para mejorar la textura y fertilidad del suelo, en el jardín y en macetas también. En el proceso se descomponen de manera controlada diversos materiales con una proporción determinada de carbono y nitrógeno, óptima para la actividad de los organismos que lo realizan. Éstos son principalmente bacterias, actinomicetes (una clase muy específica de bacterias) y hongos, aunque también lo acelera la presencia de lombrices, escarabajos, larvas, etc. 

Es increíble pero les aseguro que aunque se trata de una descomposición, si se usan los materiales correctos, el proceso no genera olores desagradables. No es incompatible con el “buen gusto” de olfatos familiares sensibles ni las “buenas relaciones entre vecinos”.

¿Por qué hacerlo?
-Porque fabricamos nuestro propio abono, sin sustancias químicas extra, diseñado a la manera antigua, probada por millones de años de funcionamiento. Es barato y está siempre a mano.
-Porque reducimos el volumen de los desechos que producimos. Ocupan gran espacio en los lugares donde la basura se entierra o producen humo y gases donde la basura es quemada para su eliminación.
-Porque enseñamos a los niños (y a todo aquél que quiera hacerse cargo de esta responsabilidad) a contribuir con un granito de arena para la salud del suelo, el aire y el agua del planeta.

¿Cómo se hace?



Se necesita un recipiente adecuado a las proporciones de desechos que vamos a poner. Y también debe ser proporcional al espacio disponible, no es lo mismo para un jardín o huerta que para un balcón. Si va a ser colocado en el suelo del jardín, puede usarse una caja de madera sin fondo, por ejemplo. En un balcón deberá ser un contenedor más pequeño, con fondo para evitar derrames de líquidos de desecho y una buena tapa para impedir la entrada de moscas. Se puede diseñar un compostador en forma casera o adquirir alguno de los muchos modelos que hay en el mercado.

El primer paso es la selección de materiales a compostar y su acopio en la cocina. Para esto se puede usar un recipiente plástico con tapa, o cualquier cosa que tengamos a mano para acumular desechos. Yo uso un recipiente de vidrio, porque me resulta fácil de lavar y mantener limpio. Como lo vacío un par de veces por día, aunque no tiene tapa, no llega a atraer moscas. Pero si la frecuencia de descarga es menor, o en verano con una tapa nos ahorramos las visitas molestas.



Mientras tanto, en nuestro recipiente de trabajo de compostaje, deben ir formándose capas de desechos que mantengan una buena ventilación, para que la descomposición se haga en presencia de oxígeno. Para ello se pueden ir intercalando ramas o piñas de coníferas que mantendrán la estructura aireada.

Además de aire debemos tratar de mantener un control sobre los “ingredientes” utilizados. Las recetas simples para recordar hablan de 2 partes de restos secos (hojas otoñales, pasto seco,  cáscaras de maní, paja, por ejemplo) por 1 parte de residuos verdes o frescos (restos de cocina, pasto recién cortado). Los restos secos garantizan una buena provisión de carbono, mientras que los frescos aportarán el nitrógeno necesario.


El tercer punto a tener en cuenta es que la pila no debe estar seca, porque se detiene la descomposición, ni demasiado húmeda, porque se pierden las condiciones de aireación necesarias, se produce un encharcamiento.

Cada cierto tiempo se debe mezclar la pila, para controlar cómo va el proceso y aportar más aire. Si estamos utilizando la ayuda de lombrices, les facilitará la tarea de acercarse a los restos que hemos desechado en la parte superior del compostador.

El proceso puede ser más rápido en  otoño y primavera  y genera un producto listo para usar en dos o tres meses. Cuando las temperaturas son bajas, la formación del compost puede llegar a detenerse. Si por el contrario hace demasiado calor, la pila de compost perderá el agua con más facilidad y los organismos no podrán seguir actuando. Durante la descomposición la temperatura de los materiales se eleva hasta unos 70º C.

El producto final está listo cuando tiene la apariencia de tierra muy suelta y esponjosa, con un agradable olor a tierra húmeda.

¿Qué se puede poner para hacer este compost?
-Desechos de frutas y verduras (sin sal, condimentos, aceite ni aditivos).
-Yerba: para los nativos del Cono Sur de América es una manera rápida y eficaz de añadir textura al suelo en formación. Los trozos de yerba forman un material esponjoso y liviano al secarse parcialmente.
-Saquitos de té (sin la etiqueta de papel)
-Posos de café y filtros de papel
-Papel blanco en pequeña cantidad (`por ejemplo servilletas usadas, que no se reciclan con los residuos secos domiciliarios)
-Teóricamente se puede agregar el estiércol de herbívoros (vacas, conejos, caballos). Pero en la ciudad es tan difícil conseguirlos como la pluma de un ave fénix.

¿Qué no poner en el compost?
-Desechos de carne, grasas o aceites: al descomponerse producen sustancias tales como la cadaverina y la putrescina…no digo más ¿quién quiere oler algo que lleve esos nombres?
-Heces de mascotas
-Cualquier cosa que no se descomponga (nada de envases plásticos, bolsas u otras porquerías)

Uso del compost
Cuando ya se obtiene el producto final, la tierra negra, esponjosa, fragante, llena de nutrientes para nuestras plantas, se utiliza esparciéndolo (en general sobre la superficie y sin enterrarlo) del suelo de jardín o las macetas. Basta con una capa de 2 cm más o menos. 


Actualmente se está reconociendo la importancia de reducir los desechos que producimos o reutilizarlos. Esperemos que sea más que una moda pasajera adoptada por unos pocos con conciencia ambiental. Puedo garantizar que no lleva mucho más tiempo en la rutina del hogar, como dije no produce mal olor y con tiempo y paciencia, resulta en un beneficio para la economía y el bienestar de las plantas. Anímense a probar y sumémonos a este buen hábito.

viernes, 10 de agosto de 2012

Otro premio!


Esta entrada es para agradecer un premio que viene con tarea incluida, que muy amablemente me ha dejado mi amiga bloguera Silvia, del sitio My favorites things 2


Lo de hacer la tarea es porque como requisito hay que contestar una serie de preguntas, me ha gustado porque permite abrir un poco más el corazón y mostrar quienes somos. Así que ahí van las preguntitas y mis respuestas:

Reglas: Contestar las preguntas y luego otorgárselo a los Blog que consideres lindos.

1)- ¿Qué te gustaría ser más adelante?
Una persona sabia, que no se apure a hablar sin pensar antes. Que no se deje mover por lo que dicen otros. Que pueda ser ejemplo para mi hijo.

2)- ¿Hay algo que deberías hacer ahora y no lo estas haciendo?
Sí, limpiando la casa...

3)- ¿Cuál es tu color favorito?
 Verde, especialmente el verde musgo

4)- ¿Qué música te gusta?
Clásica, jazz

5)- ¿Cuál es tu animal favorito?
Los gatos!

6)- ¿Cuál es tu estilo?
Qué estilo?

7)- ¿Cómo estas vestido ahora?
Jean y remera con florcitas

8)- ¿Te gusta bailar? 
Sólo si nadie me ve!

9)- ¿Te gusta cantar?
 No mucho, no tengo linda voz

10)- ¿Qué canción escuchas ahora?
Ninguna, me distraigo muchísimo si tengo que escribir o estudiar con música

11)- ¿Crees que tu blog es lindo?
Estoy conforme con las entradas que he hecho, todas fueron preparadas de corazón, ¡pero espero mejorar la frecuencia de publicación!

Nominados: Se lo merecen todos mis amigos blogueros, evidentemente todos y cada uno de vuestros blogs me parecen lindos e interesantes. Sírvanse este premio y si quieren, compartan también un poquito más así nos conocemos.
Un besote!!!